domingo, 17 de octubre de 2010

RESEÑA DE LOS LENGUAJES DEL CÓDIGO ANIMADO. ESTUDIO DE LA ESTÉTICA DEL ANIME (CINE DE ANIMACIÓN JAPONÉS)

Mª Pilar Yébenes Cortés es profesora y Directora del Departamento de Contenidos y Entretenimiento de la Universidad Europea de Madrid.

En LOS LENGUAJES DEL CÓDIGO ANIMADO. ESTUDIO DE LA ESTÉTICA DEL ANIME (CINE DE ANIMACIÓN JAPONÉS) María del Pilar Yébenes tiene como objetivo principal descubrir cuál es el propósito de la animación japonesa y los códigos estéticos presentes en esta teniendo en cuenta que lo bello no es lo mismo que lo estético, ni es lo mismo que lo artístico.

María del Pilar Yébenes expone que La belleza, lo estético y lo artístico son conceptos diferentes. La belleza se experimenta a través de los sentidos, el pensamiento, y del conocimiento previo de un concepto de belleza. La estética puede ser definida según los hedonistas como sentimientos feos y bellos, o también puede ser concebida en la imaginación, la ilusión, la apariencia. Para mí la estética significa apariencia, esta puede despertar sentimientos de aceptación, o de rechazo dependiendo del concepto de belleza previamente adquirido. Estos conceptos se aplican al anime el cual tiene una estética diferente a la que estamos acostumbrados, los japoneses intentan tomar la realidad y volverla artística; pero esto despierta prejuicios por parte de los occidentales al no entender el concepto de belleza que poseen los japonés.

El problema del anime son los códigos de signos culturales y sociales del Japón que no son entendidos por la mayor parte de los occidentales. Es lo que nos dice Yébenes. Las personas ajenas al Japón no entienden la cultura y tradiciones japonesas, por lo que les es difícil comprender el contenido del anime, y el trasfondo que este posee. Algunas escenas de anime y mangas que muestran la vida cotidiana de los japoneses son censuradas fuera de Japón debido a que no se entiende esta cultura, la vemos desde nuestros ojos, pero no ahondamos en lo que significa para ellos, no la desfrutamos como algo nuevo y diferente, porque la idea de algo fuera de lo que a nuestra vista es normal, nos causa pánico y por lo tanto rechazo.

Yébenes enfatiza que en el anime puedes encontrar elementos propios de este que lo identifican como tal; como es el caso de los ojos, los personajes andróginos, y la distorsión física muchos con un significado más allá del deleite visual. Los ojos grandes demuestran los sentimientos y emociones que presenta el personaje. Los rasgos andróginos se basan en el concepto de equilibrio que pone en práctica el japonés, y la distorsión hace parte del dramatismo que buscan dar los autores a sus obras para romper con lo cotidiano y agregar más expresividad; todo esto con la finalidad de intensificar lo que el autor busca dar a conocer con su obra.

En resumen la percepción de belleza va de la mano del concepto de belleza concebido por cada individuo. El anime a través de su estética puede causarnos diferentes sentimientos; Pero hay que tener en cuenta los orígenes de los diferentes códigos de este y su posible significado. De lo anterior se puede concluir que la animación japonesa está compuesta por metáforas visuales que pueden interpretarse desde un significado más profundo, que sólo el impacto visual que ofrecen ya que lo interesante del lenguaje visual es su decodificación, interpretación y disfrute.
Bibliografía

RESEÑA DE ANIMACIÓN JAPONESA Y GLOBALIZACIÓN: LA LATINIZACIÓN Y LA SUBCULTURA OTAKU EN AMÉRICA LATINA

Razón y palabra surgió en 1966 y es la primera revista web dedicada a publicar temas de comunicación en Iberoamérica. Es manejada por un grupo de académicos e investigadores del PROYECTO INTERNET del Tecnológico de Monterrey.

En su artículo ANIMACIÓN JAPONESA Y GLOBALIZACIÓN: LA LATINIZACIÓN Y LA SUBCULTURA OTAKU EN AMÉRICA LATINA realizado por Tania Lucía Cobos Periodista digital originaria de Barranquilla (Colombia) y estudiante de la Maestría en Ciencias en Comunicación del Tecnológico de Monterrey trata como el anime y el manga, ambos productos culturales de Japón han llegado a Latinoamérica en un proceso de desterritorialización-reterritorialización que se evidencia en la latinización de estos, y el surgimiento de la subcultura otaku como producto de la hibridación.

América latina está siendo “orientalizada por Japón” como resultado de la llegada del anime y el manga a este territorio en los 70. Así lo asegura Tania Cobos quien además establece que el éxito en Latinoamérica por parte del anime y el manga se debe al diseño de la animación y personajes, la forma narrativa, y las historias. Estoy de acuerdo con ello; el diseño de personajes con ojos saltones y cabellos multicolores tienen un gran impacto visual además de tramas argumentales que de desarrolla a lo largo de las series, a diferencia del cartoon que narra la historia en un solo capitulo. Los personajes permiten que el público se identifique con ellos porque no son perfectos y están en contacto con la vida cotidiana; por ejemplo los mangakas (dibujantes de manga) crean un perfil de personaje que contiene fecha de cumpleaños, gustos, cosas que odia, actividades favoritas, hasta peso y altura. Es todo lo contrario al comic occidental en el que el personaje es el héroe perfecto. Aun más, el anime y mangan permiten tener tramas argumentales complicadas en las que no todas tienen por qué tener un final feliz; pero no estoy de acuerdo en que todo el éxito se basa en la estética; el anime y al manga tienen trasfondos más complejos que implican culturas, conceptos y representaciones.

El anime y el manga están siendo latinizados. La autora expone los medios por los que sucede este proceso en el anime: el doblaje, la censura y la audiencia. Estoy de acuerdo; mediante el doblaje se cambia las expresiones y diálogos originales e incluso los nombres. La eliminación de desnudos, sangre y a veces hasta los openings y endings de las series crean un producto muy diferente del original; pero ¿a qué se debe esto? La respuesta está en que en un principio en América latina no conocían la diferencia entre animes y cartoons, por lo que se creía que el anime iba dirigido hacia un público infantil. De igual forma el manga ha tenido algunos cambios consecuencia de la latinización como lo son colorear las imágenes que tradicionalmente son monocromáticas, o imprimirlos en hojas de color.

La subcultura Otaku se da como producto de la hibridación entre oriente y occidente. Los procesos de desterritorialización-reterritorialización como La latinización del anime y el manga y la apropiación de elementos de la cultura japonesa, generan el surgimiento de la cultura Otaku, de la que cabe resaltar que aquí en occidente el término Otaku no tiene una connotación ofensiva como la que si tiene en su país de origen.

En resumen, al apropiarnos de elementos y productos de la cultura japonesa como lo son el anime y el manga se logra el surgimiento de la subcultura Otaku. No obstante, estos productos en el contexto latinoamericano pueden ser despreciados al ser evaluados desde la visión de la cultura propia sin tener en cuenta que fueron realizados bajo las características de otra cultura con la cual no se ha tenido contacto anteriormente lo que se genera un choque cultural. Para mi es cierto que la connotación de Otaku es diferente entre Japón y occidente, pero no significa que todo se quiera latinizar; creo que el fenómeno Otaku surge de identificarse con aspectos y elementos de la cultura japonesa, y aceptarla, no de transformarlo en un producto propio. Por otro lado pienso que se debería tener en cuenta que el anime y manga están destinados a diferentes tipos de público, y que no es sólo para niños, por que debido a esto se limita su difusión.

Bibliografía